Seguir una correcta higiene bucodental es fundamental para prevenir y evitar distintas patologías que afecten a la salud de nuestros dientes y encías.
Los profesionales que formamos parte de Policlínica Dental Giraldo ya hemos escrito sobre ello en distintas entradas para nuestro blog, y en este nuevo artículo queremos responder a todas las dudas existentes sobre los colutorios. ¿Deben usarse a diario? A continuación responderemos esta y otras cuestiones. ¡Sigue leyendo!
¿Qué son los colutorios?
En el presente texto vamos a utilizar la palabra colutorio como sinónimo de enjuague bucal, ya que es a lo que asocia la mayor parte de la población a pesar de no ser del todo correcto, pues los verdaderos colutorios son más densos que los enjuagues y suelen aplicarse con pinceles.
Dicho esto, lo que vulgarmente mucha gente denomina colutorios son soluciones líquidas que cuentan con determinadas sustancias que sirven para desinfectar las encías y prevenir aftas bucales o enfermedades tan conocidas como la gingivitis o la piorrea, erradicar el mal aliento, fortalecer el esmalte o eliminar la sensibilidad dental.
Pueden contener alcohol en algunas ocasiones y vienen en diferentes tipos de tamaños y colores. Se trata de un producto imprescindible para complementar el cepillado con pasta de dientes y el uso de seda dental, pero en ningún momento los sustituye.
¿Es recomendable usarlo a diario?
Esta es la gran pregunta, pues no suele haber una respuesta común entre los que nos dedicamos profesionalmente a este sector. Desde Policlínica Dental Giraldo consideramos que puede ser contraproducente utilizarlo todos los días. Lo ideal será hacerlo dos o tres veces por semana, y siempre colutorios de confianza recomendados por dentistas expertos como nosotros.
¿Cómo utilizarlo?
Aunque para algunas personas pueda resultar una obviedad algunos de los consejos que vamos a dar a continuación, la realidad es que es relativamente habitual que se cometan ciertos errores a la hora de enjuagarnos la boca con este tipo de productos.
En primer lugar debe quedar tajantemente claro que no debemos tragarlo en ningún momento. Tampoco ha de diluirse en agua, pues perdería su eficacia. Hemos de verterlo en el tapón del envase y mantenerlo unos 30 segundos en la boca, a poder ser, nunca antes del cepillado ni inmediatamente después.
Otro aspecto clave que no suele ser tomado en consideración es que no debemos tratar de quitar su sabor enjuagándonos posteriormente con agua. Lo ideal será no consumir ningún tipo de bebida o comida en los 30 minutos siguientes a su uso.
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